Casos Reales

Arrollado en un rally

Hace casi dos años estaba viendo una prueba de rally cuando uno de los coches participantes me arrolló a la salida de una curva. Dentro de lo complicado que puede resultar recibir atención médica de calidad y realizar los trámites necesarios para negociar una indemnización justa por los daños y perjuicios sufridos, la cosa empeora cuando por las especiales circunstancias de producción del siniestro no sabes muy bien a quien dirigirte y cuando lo haces parece que todo el mundo quiere escurrir el bulto y no asumir su responsabilidad.

Recibí una primera atención médica de urgencias en el Hospital, pero después me encontré con que la compañía aseguradora de la responsabilidad civil de la prueba de rally no me facilitaba ningún médico al que pudiera acudir, siendo mis lesiones importantes y necesitando una atención urgente, aunque tampoco me hacía gracia dejar que fuera la misma aseguradora que me tenía que indemnizar la que tuviera en sus manos los tiempos y modos de mi sanidad.

Por lo que tuve que buscarme la vida hasta que oí hablar de vosotros y después de una primera consulta en la que me comentasteis como enfocar el tema empecé a recibir un excelente tratamiento médico pese a lo cual, una vez de alta médica me restaron importantes secuelas.

Sin embargo y pese a la gravedad del siniestro y las dificultades añadidas, durante todo el proceso no tuve que preocuparme más que en seguir las indicaciones del traumatólogo que me trató e intentar recuperarme lo mejor posible, ya que vosotros os ocupasteis de todo lo referente a los trámites a seguir, hablar y negociar con la aseguradora, etc…., ante lo que evidentemente me encontraba indefenso por ser lego en la materia y no conocer a lo que me estaba enfrentando, a lo que tenía derecho y a lo que no.

Una de las cosas que más me sorprendió fue que una vez estuve de alta, en breve plazo de tiempo se consiguió una indemnización muy satisfactoria que contemplaba tanto los
días de baja y curación de las lesiones como las secuelas restantes, el perjuicio económico ocasionado y todos los gastos de pruebas y consultas médicas así como los objetos personales dañados en el atropello.

Por todo ello puedo decir que dentro de todo lo malo que conlleva un siniestro es de agradecer que haya donde acudir para hacer más fácil los trámites y asegurarse el resarcimiento más justo posible por unas lesiones con las que tengo que acostumbrarme a convivir para siempre